martes, 2 de junio de 2009

Don Quijote de la Mancha

CAPÍTULO PRIMERO – Que trata de la condición y ejercicio del famoso y valiente hidalgo don Quijote de la Mancha

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no consigo acordarme, no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. De no muy buena condición económica, vivía con un ama de llaves que pasaba de los cuarenta, una sobrina que no llegaba a los veinte y un muchacho que servía para todas las labores de la hacienda. Este hildalgo tenía unos cincuenta años, era delgado, seco de rostro y se llamaba Alonso Quijano.

Cuando esté hidalgo no tenía nada que hacer (que era casi siempre) se dedicaba a leer libros de caballerías, con tanta afición que se olvidó de cuidar su hacienda y llegó a vender hectáreas de sus tierras para comprarse más libros y se pasaba mucho tiempo intentando entender las cartas que escribían los caballeros en esos libros. Cartas como esta: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejó de vuestra hermosura“; o esta otra: “Los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece vuestra grandeza“.

Intentando entender estas frases se fue volviendo loco, pues ni Aristóteles, con lo sabio que era, hubiera podido hallarles el sentido así resucitara solo para eso. A veces conversaba sobre estos temas con el cura del pueblo y con el señor Nicolás, el barbero; en esas pláticas Quijano sostenía que ningún caballero existió superior al gran Amadís de Gaula.

Fue así que de tanto leer y de poco comer y dormir, Quijano terminó por volverse loco y creyó que todas las aventuras magníficas que había leído ocurrían en la realidad. Creyó en gigantes, hechizos, espíritus malignos y que nada había mas real en el mundo que las historias de caballeros.

Rematado ya su juicio se le ocurrió el pensamiento más descabellado que pueda imaginarse: creyó que para aumentar su honra y para beneficio de su república debía hacerse caballero andante y buscar aventuras y enfrentarse a las injusticias y ya se imaginaba coronado y respetado por su valentía. Dispuesto a hacer real su loca idea limpió una armadura muy vieja que pertenecía a sus bisabuelos y puesto que el casco estaba roto lo reparó con cartones y unas barras de metal.

Luego fue a ver a su rocín y aunque estaba en los puros huesos, él imaginó que ni el caballo del Cid ni el de Alejandro Magno se le comparaban. Así que se pasó cuatro días buscándole un nombre y al final le pareció que no había mejor nombre que Rocinante pues daba a entender que antes fue rocín pero ahora era el mejor de todos los rocines del mundo.

Puesto nombre a su caballo pensó en uno para sí mismo y luego de ocho días decidió llamarse don Quijote. Pero como recordó que el gran Amadís de Gaula no se conformó con llamarse Amadís a secas sino que se añadió el nombre de su patria, don Quijote quiso hacer lo mismo y se llamó don Quijote de la Mancha, nombre que le pareció muy digno de un gran caballero.

Teniendo sus armas, su caballo y su nombre de caballero, solo le faltaba una mujer de quien enamorarse. Porque, pensaba él, un caballero sin una dama es como un árbol sin hojas. Entonces se dijo en voz alta:

-Si un día me encuentro con un gigante y lo derribo y lo derroto o lo parto a la mitad y lo venzo, ¿no sería correcto que este vaya de rodillas a presentarse a mi dama y le diga: “Yo soy el gigante Caraculiambro, señor de la isla Malindrania, y he sido derrotado por el gran caballero don Quijote de la Mancha quien me envía ante usted para que haga de mí su esclavo”?

Quedó muy contento don Quijote cuando encontró, en sus pensamientos, una dama que vivía en un lugar cerca a la Mancha y de la que el hidalgo anduvo un tiempo enamorado, pero ella nunca lo supo. Se llamaba Aldonza Lorenzo y él decidió nombrarla Dulcinea del Toboso, porque era natural de la ciudad del Toboso y el nombre expresaba la dulzura de esa dama, y se sintió orgulloso de este como de los otros nombres que había puesto.

1. ¿Cuál es el nombre real de Don Quijote de la Mancha?

2. ¿A qué dedicaba su tiempo de ocio?

3. ¿Por qué se vuelve loco el caballero, según el autor?

4. ¿Cuáles son los detalles que muestran la locura del caballero?

5. ¿Cómo decide llamar a la mujer de la que está enamorado?

6. Escribe un pequeño resumen del texto anterior.

BUSCA EN INTERNET LA SIGUIENTE INFORMACIÓN:

  • ¿Quién es Alonso Quijano? Describe su personalidad.
  • ¿Quién es Sancho Panza? Describe su personalidad.
  • ¿Comenta el entorno donde se desarrolla la novela?
  • Responde, si puedes, a la expresión “los españoles somos unos quijotes”.
  • ¿Quién fue Miguel de Cervantes?.
  • ¿En que época vivió?
  • ¿Cuál era el propósito de la novela?
  • ¿Qué son las novelas de Caballerias?
  • Las novelas de caballería eran relatos de evasión, similares a los superhéroes actuales de las películas, algunos cómics y los videojuegos. ¿Consideras que estos géneros ofrecen una versión distorsionada de la realidad?

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